miércoles, 13 de enero de 2010

Otros pocos consejillos

Hola de nuevo, ante todo quiero dar las gracias a los poquitos que me habéis visitado, espero que haya sido de vuestro agrado, espero que algunas personas se agregue a este blog, seria buenísimo para la moral (jajajajaj).
Hoy hago una ultima entrega sobre cosas tontas pero importante para una huerta casera, mañana empezare a escribir otras cosillas.
Cuando diseñéis vuestra huerta tener en cuenta cuanto suelen crecer lo que plantéis, pensar que muchas veces los libros de horticultura son muy teóricos y en muchas ocasiones poco efectivos (os escribe uno que ha metido la pata mil veces), debéis pensar que las hortalizas deben tener cuanto mas sol mejor, juntar demasiado los cultivos frenaran su crecimiento.
Cuando se vayan acabando los cultivos de verano es conveniente que plantéis habas, la época de su siembra depende de la zona, las habas generan mucho nitrógeno a la tierra, enriqueciéndola para el siguiente año de siembra, cuando arranquéis las matas las podéis dejar en el campo o bien mezclar con estiércol, sera un abono fantástico para la siguiente temporada.
Si tenéis alguna sugerencia, o veis que una vez mas he metido la pata, no dudéis en comentármelo, haremos de este blog un sitio donde compartir.

2 comentarios:

  1. En el muelle de la vida,

    soy campo llano

    presto a la siembra.

    Campo que se abre

    como un abanico ancho.

    Siempre habrá un pájaro y un nido,

    un molino y un sol que brille.

    Solo bastará una mano

    y las espigas de trigo

    me convertirán en pan.

    ResponderEliminar
  2. Pablo Neruda



    Oda a la manzana





    A ti, manzana,
    quiero
    celebrarte
    llenándome
    con tu nombre
    la boca,
    comiéndote.

    Siempre
    eres nueva como nada
    o nadie,
    siempre
    recién caída
    del Paraíso:
    plena
    y pura
    mejilla arrebolada
    de la aurora!
    Qué difíciles
    son
    comparados
    contigo
    los frutos de la tierra,
    las celulares uvas,
    los mangos
    tenebrosos,
    las huesudas
    ciruelas, los higos
    submarinos:
    tú eres pomada pura,
    pan fragante,
    queso
    de la vegetación.

    Cuando mordemos
    tu redonda inocencia
    volvemos
    por un instante
    a ser
    también recién creadas criaturas:
    aún tenemos algo de manzana.

    Yo quiero
    una abundancia
    total, la multiplicación
    de tu familia,
    quiero
    una ciudad,
    una república,
    un río Mississipi
    de manzanas,
    y en sus orillas
    quiero ver
    a toda
    la población
    del mundo
    unida, reunida,
    en el acto más simple de la tierra:
    mordiendo una manzana.

    1956.

    ResponderEliminar