lunes, 11 de enero de 2010

conceptos básicos para la elección de una huerta


Esta huerta no es mia pero la verdad que esta muy bien hecha

Os facilito unos consejillos a la hora de elegir un terreno para cultivar hortalizas, que ojala me los hubieran dad a mi cuando empecé con mi primera huerta (mejor no os cuento como la lié parda).
Primero:El sol es básico, debéis mirar muy bien si el campo es soleado en primavera y verano, pero no cualquier tipo de sol, debe ser el sol de mañana, parece una tontería pero os garantizo que es sol mañanero es mucho mas trabajador, hace que las hortalizas crezcan más y más rápido.

Segundo: El agua, si si lo se, parece evidente, pero hay que decirlo, aseguraros el abastecimiento de agua sobre todo en verano, que es cuando mas falta, sin agua abundante os podéis despedir de un buen cultivo.

Tercero: Los arboles, nunca mezcleis cultivos de hortalizas no arboles frutales, por varios motivos entre los están, que dan sombra lo cual provoca falta de crecimiento, que son muy glotones, se comen casi toda el agua y el alimento que le aportemos a la tierra, ya que sus raíces se extienden buscando el agua, al final os ocuparan toa la huerta.

Bueno con estos de momento ya basta, mas adelante hablaremos de mas cosillas.

1 comentario:

  1. PASÓ LA COSECHA


    Era primavera, la mañana hermosa
    llena de perfumes, de trinos, de sol,
    se infiltro alegre y gozosamente
    dentro de los pliegues de mi corazón.
    El maestro vino, me hablo quedamente:
    ¿No irás a los campos como sembrador?
    Pero la mañana me llenaba el alma
    y dije: Maestro déjame quedar

    ... y llego el verano, y el primer rocío,
    que cayo abundante sobre la amplia mies,
    y puso en el aire su álito sedante,
    con mano piadosa refresco mi sien.
    El maestro vino, me hablo suavemente:
    ¿Mis semillas tiernas, no iras a cuidar?
    Más dije: maestro déjame quedar,
    cuando el otoño apague sus luces
    correré a tus campos y podré segar. ... y llego el invierno, todo estaba blanco,
    hacía mucho frío, no brillaba el sol,
    la nieve y el hielo lo cubrían todo,
    y hasta se acercaron a mi corazón.
    Entonces, voluntariamente me ofrecí al maestro,
    todos mis esfuerzos, todos mis anhelos,
    todo don precioso que habitaba en mi,
    más El, movió la cabeza, y me dijo triste
    con su suave voz:

    "Pasó la cosecha, solo hay un poco
    de trigo que no se junto, más fue
    tu torpeza la que lo dejo,
    el placer del año pasaste afanoso,
    cuando yo llamaba no oíste mi voz
    y hoy, ¿Para que te sirve tu remordimiento?
    ... ¿Qué será del trigo que no se junto?..."

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